Reflexiones sobre el error en Medicina
Acad. Alberto Agrest
Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires.
Los médicos pensamos en el error cuyo reconocimiento es fuente de mejoría. Desde la primera infancia cometemos errores de los cuales somos advertidos por quienes nos crían y nos cuidan y nos enseñan las actitudes y respuestas correctas con la palabra o con el ejemplo. Al corregir los errores lo llamamos aprender. Aprender a corregir una planificación que se ha demostrado equivocada y aprender corrigiendo las imperfecciones de una destreza. El aprender es un hecho natural que de hecho ocurre en todo el reino animal y aún en el vegetal, en este último en su código genético que ha permitido su selección natural. En el reino animal, los padres enseñan a sus crías recursos efectivos de supervivencia mediante el ejemplo o la emisión de señales más indirectas como sonidos, ultrasonidos u olores o con mensajes de aprobación o desaprobación, de afecto o desafecto. Los humanos aprendemos con las palabras y los ejemplos, con la aprobación y la desaprobación, con los premios y con los castigos.
Aprender se convierte en una necesidad intelectual y afectiva, saber más como necesidad intrínseca y como necesidad competitiva, necesidad intrínseca de autoestima y estima de sus congéneres. La aspiración natural es pues minimizar los errores. Los errores se minimizan con conocimientos, voluntad y responsabilidad, con recursos y con organización, los primeros dependen de cualidades personales, los dos últimos de cualidades del sistema. De los primeros somos responsables los médicos, de los dos últimos los organizadores, estatales, de obras sociales o privados, de funcionarios, de productores y de gerentes. Todos aunados en un proyecto de mayor calidad de atención y seguridad del paciente. La mayor calidad engloba una mayor seguridad, una mayor seguridad no engloba una mayor calidad. La calidad tiene en cuenta la aplicación respetuosa y afectiva del conocimiento, la aplicación del conocimiento al menor costo en perjuicios de tiempos y económicos. La seguridad del paciente sólo se ocupa de su eventual daño. El regreso a los elementos básicos del aprendizaje y del respeto que se debe a sus semejantes está en el núcleo de la actividad médica. Elemento básico del aprendizaje es el reconocimiento de los errores, de ello dependen los conocimientos y el éxito de su aplicación. El éxito es evitar, corregir, compensar los daños de la enfermedad y el eventual daño del accionar médico. Planificar una lucha contra el error exige primero reconocerlo, arbitrar los medios para evitarlo y compensar los eventuales daños.
Reconocer el error es una tarea cultural de todo el personal afectado al cuidado de la salud de sus semejantes. El personal afectado al cuidado de la salud son los médicos, todo el personal auxiliar, gerenciadores y empresarios. Esforzarse en el perfeccionamiento, superar el narcisismo, superar el temor al desprestigio y superar el temor al castigo son los objetivos primordiales.
Depresión en médicos residentes y errores en la medicación
Un estudio aparecido en el "British Medical Journal" muestra que los errores farmacológicos son seis veces más frecuentes si los facultativos están deprimidos.
Los residentes de medicina que están deprimidos son alrededor de seis veces más propensos a cometer errores en la medicación que los que no lo están, según un estudio publicado en la edición electrónica de “British Medical Journal”, que evaluó a 123 residentes pediátricos de tres hospitales infantiles de los Estados Unidos.
Los investigadores encontraron que el 20% de los residentes estaba deprimido y que el 74% sufría de desgaste profesional. Durante el periodo del estudio, los residentes cometieron un total de 45 errores en la medicación y los que estaban deprimidos cometieron 6,2 veces más errores en los fármacos que los que no lo estaban. No pareció haber ninguna relación entre índices más altos de errores en los medicamentos y el desgaste profesional.
Estos hallazgos sugieren que la salud mental de los médicos podría desempeñar un papel más significativo en la seguridad de los pacientes de lo que antes se sospechaba, apuntan los autores del estudio. Además, el alto índice de desgaste profesional de los residentes de este estudio, que coincide con el de otros estudios, indica que los métodos para capacitar a los médicos podrían causar estrés que resulta nocivo para la salud de los residentes.
Se necesita hacer más para estudiar y mejorar la salud mental, así como las condiciones laborales de los médicos, concluyen los autores del estudio. En Estados Unidos, cada año hasta 98,000 pacientes mueren a causa de errores en los medicamentos. El estrés de la capacitación de los residentes, que incluye factores como la falta de sueño y de tiempo libre, está entre los motivos más comúnmente citados de tales errores, según la información del estudio.
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